Las ventas ya no son como nos las enseñaron y en ocasiones resulta difícil cambiar tu mentalidad comercial cuando vienes de una escuela en donde todo el tiempo te han dicho e instruido a que para vender tienes que atormentar y estar prácticamente encima de otra persona para que convencerla de comprar tu producto o servicio.
Sin embargo, cuando comienzas a verlo desde otra perspectiva cómo nos lo plantean dentro del Bootcamp de generación de Pipeline by Hubspot, es cuando comienzas a hacer realmente una diferencia. Verlo desde el punto de vista de que no estás aquí para vender, estás aquí para ayudar a otros.
Partiendo de esa premisa, se derivan otros aspectos positivos en torno a la parte comercial e incluso dejas de sentir pesadez para realizar ciertas tareas de venta diarias porque ahora tienes un propósito, el cual es brindar apoyo o hacer real una visión de otra persona que confía en ti y en tu servicio. ¡Eso es lo que tenemos que tener presente!
Una vez que cambiaste tu chip de lo que significa ser parte del área comercial representa, inicias a escuchar a esa persona que se podría convertir en tu cliente, comprendiendo muy bien sus necesidades para buscar la solución que cubra cada aspecto de esos paint points que con tu ayuda pudieron identificar, así como a tener una comunicación mucho más eficaz y asertiva.
Eso sin duda se convierte en un diferenciador y te destaca del resto, no estamos aquí para ver a los demás como un número más. Tenemos que ser humanos pues nadie quiere ser visto así ni que lo utilicen de esa forma. No ser conocido por los números si no por los objetivos en los que contribuiste a alcanzar y por las relaciones a largo plazo que puedes construir con los demás en donde puedan aportarse valor mutuamente para nutrirse.
Claro que tienes que cumplir con las metas para el buen funcionamiento de la empresa en la que te desarrolles, pero, la forma en la que ahora lo haces ahora cambia el como te proyectas con los demás y se nota, eso atrae a otras personas.
Otra parte importante, es ponerse en el lugar del otro, no somos vendedores somos asesores, somos personas con un propósito como ya lo mencionamos anteriormente y ese propósito tiene que ver con ayudar a crecer a los demás para que en consecuencia puedan crecer en conjunto y alcanzar un bien común.
Viéndolo desde esa perspectiva el miedo que puede haber a la hora de “vender”, al ser rechazado o desplazado se va disipando. Es algo que comprendí totalmente en este camp y que ahora estoy poniendo en práctica no solo en mi trabajo sino en cada aspecto de mi vida. Es una filosofía que debe ser parte del día a día de cada persona. Me siento muy entusiasmado de poder compartir este aprendizaje con mis prospectos, mis clientes, compañeros de trabajo, amigos, familia etc. Quizá sea un poco más tardado el proceso de siembra y riego, pero, al final del día el fruto que coseches será mucho más grande.
