Hoy en día es cada vez más común ver que las empresas enfocan sus esfuerzos de marketing en medios digitales. Esto no es de sorprender pues la audiencia de Internet en México ha tenido un crecimiento exponencial que ha generado más de 50 millones de usuarios nuevos en los últimos 10 años, de acuerdo con la Asociación de Internet.mx en su Estudio sobre los hábitos de los usuarios de Internet en México 2017. Estos usuarios se han convertido en un mercado muy relevante para las marcas y por ello es importante conocer las tendencias de su comportamiento, para llegar a ellos de la manera más adecuada.

La gran velocidad con la que llegan los nuevos avances tecnológicos ya no sorprende a nadie en la actualidad. Día con día se desarrollan nuevos dispositivos y plataformas digitales que transforman la manera en que nos conectamos a nivel local y global. Pero hay medios y formas de comunicación que, aún con todas las innovaciones de la era contemporánea, han logrado adaptarse a estas nuevas tecnologías manteniéndose vigentes hasta el día de hoy. El ejemplo más claro de esto es el e-mail. A pesar de ser una de las herramientas digitales con mayor antigüedad en el Internet, su efectividad y alcance ha mejorado desde que comenzó a utilizarse alrededor del año 2000.

En las últimas décadas, el desarrollo de nuevas tecnologías ha producido grandes cambios y nuevos retos en la forma en que nos comunicamos. El uso, cada vez mayor, de plataformas y herramientas digitales, ha generado distintas maneras de entablar relaciones entre marcas y personas que hace unos años hubieran sido imposibles de llevar a cabo. Aunado a ello, la proliferación de dispositivos móviles ha permitido que la gente pueda formar sus opiniones y decisiones al instante, y en cualquier lugar, con tan solo ver la actividad de su feed digital.

Cada vez existen más medios y plataformas para ofrecerle a nuestros clientes las ventajas de nuestros productos y servicios. Esta cantidad de posibilidades de promoción a veces resulta abrumadora y nos llega a generar cierta desconfianza. Muchas veces esto se debe a que no queremos invertir erróneamente en algo que no nos va a dar la retribución deseada y por lo mismo seguimos recurriendo a los medios de siempre. Entendemos que no vamos a innovar pero creemos que nuestro presupuesto está siendo bien invertido.